Para tener libertad,
se necesitan tres cosas;
fuerza, inteligencia y amor
Lanza del Vasto
se necesitan tres cosas;
fuerza, inteligencia y amor
Lanza del Vasto
Este libro es el resultado de la tesis de grado de la licenciatura que curse en la UMSA, y que termine en el 2009 en la cual defendí ante un jurado de la carrera de Bibliotecología que aprobó mi investigación, durante el tiempo que transcurrí en dicha universidad, fui analizado la posibilidad de realizar este trabajo en donde el rol socializador del profesional bibliotecario era mi objetivo que pese a los traspié y las barrera llegue a terminar por que las palabras del maestro Lanza del Vasto me acompañaron en esos días “ Y ya al borde del gran viaje, aun cuando lloren tus ojos, mantente erguido y sonriente”, quiero agradecerle: a Laudino que esta en el cielo, Clotilde, Pepe, Cesar, Abel por ser mi célula familiar, a mis hijos del corazón que me dio el Colegio Nacional Buenos Aires a Gabriela Malamud, Victoria Splugas, Florencia Jakubovich y Matías Di gioia; a Zoraida Dellatorre que me impulso hacer el grado de licenciatura; a Graciela Cortabarria mi compañera de facultad en donde los otoños, inviernos y primavera era solo una estación en este camino de rendir materias de los interminables viajes de La Boca a Lujan a La Boca; a Eduardo Tamis mi hermano de la vida que me acompaña en los días que las cosas se complican, Marcelo Cosnard que me acompaña en laboral diaria de la Biblioteca José Manuel Estrada y el nuevo aporte de las revisión en la bibliografía de este libro, a Eva de Bartolo mi amiga de los cursos y las correcciones finales del libro, Rubén Sacchi que realizo la foto, el armado y la diagramación, a Lautaro Dores por hacer posible la presentación de esta obra, Celia Pirola por compartir a Pink Floyd y las intimidades del proyecto; a mi amiga Elisa Ávila que me acompaño en la Escuela Nacional de Bibliotecario en donde hicimos nuestro primeros pasos. Any Goskarian por estar allí cuando la necesito, a María Laura Ferrari por su eterno apoyo; a los usuarios (padres y niños) al personal de Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento por su tiempo y espacio que me dejaron compartir en el tiempo del trabajo de campo, a Omar Escales y Pedro Marabini de la dirección general de cultura del Honorable Senado de La Nación por su declaración de interés e incluirme en los festejos de Bicentenario de la Patria y poder presentar mi libro a allí. A la escuelita de la calle Bolivar que me acompaño en mis plegaria. En especial aquellas personas que en el anonimato me dieron una mano sin saber para que o porque, que en toda sociedad las hay, y que a veces unos suele encontrar en el caminos de la vida, a todos ellos mil gracias.
Natalia Segovia
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